Hago una pequeña reseña de los colegios en los cuales estudiaron mis abuelos y mis padres: Liceo Barros Borgoño, Liceo de Aplicación, Liceo Barros Borgoño (mi padre se repite el plato), Liceo 1 de Niñas Javiera Carrera (mi madre). Compañeros de ellos, en fin, muchos: El guatón Ravani, Fernando Alarcón, ministros de Estado, feriantes, mujeres de alta sociedad, famosos médicos. Sus profesores: Proschle, Mercado Schuller, Pato Aylwin. Gente que pudo hacer lo que quiere, porque la educación no les ponía trabas por su origen. Tal como hace tiempo los viejos quedaron out con sus rockanroles y sus modismos, nosotros estamos quedando fuera de tono y de moda.
Nadie de los líderes de hoy tiene a sus hijos en colegios fiscales y, sin embargo, defienden su calidad.
Ayer el Ex Ministro Bitar decía "hemos ampliado la cobertura". Es cierto, cobertura era lo que no tenían los pares de nuestros padres, ni tampoco fiscalización de contenidos, pero tenían acceso universal a una calidad similar: compartían los mismos (aquellos que aprovecharon de encerrarse luego en ghettos) con el compañero de la vega, con el hijo del paco (mi padre), con el hijo del médico, con la hija del abogado (mi madre).
Pienso, en un contexto como el de hoy la hija de un abogado con el hijo de un contador público de Carabineros difícilmente hubieran cruzado su camino.
Las reivindicaciones cuando son serias, legítimas y organizadas, merecen todo nuestro apoyo.
Apoyos desde la Organización Reductiva Inc.