
En Canal 13 están transmitiendo ahora mismo un documental llamado "Perspecplejia" que habla acerca del renacer de un hombre común y corriente que se vuelve parapléjico de un día para otro. Cuando lo ví por primera vez quedé asombrado a raíz de la fuerza de voluntad de este gallo joven y con buena pinta que señala su vida como un regalo y que, más aún, muestra sin complejos las enormes rabias y frustraciones a las que se somete a raíz de su nuevo escenario vital.
Conversaba animado con un amigo, que comparte la condición del documentalista, y me decía algo así como " es verdad que el programa es bueno, pero sólo muestran a gente con plata."
Me miré ridículamente y claro, el programa no muestra, seguro que en un esfuerzo deliberado, a gente con bajos o medios recursos, quienes están contaminadas por los violines y las lágrimas de la Teletón y otras campañas comunicacionales. Lo anterior lleva a una conclusión bastante terrible si es que el documentalista lo notó:
"Necesitamos generar conciencia mostrando a minusválidos de la elite. Otros han sido ya contaminados con las historias de otros megadocumentales".
Entonces hay una exclusión sobre la exclusión propia de la condición minusválida. Los violines y las músicas incidentales a fin de cuentas son un flaco favor.
Reductiva es más.