Seguramente defendiendo legítimos intereses y derechos de propiedad, nos hemos volcado nuevamente a las calles. Esta vez reclamamos en contra de los "delincuentes". Dícese de aquel malagestado personaje, con zapatilla con caña y cara de malo que te puede asaltar y que seguramente lo hará.
No lo pensará seguramente de la encopetada señora que se robó la mesa o de aquel libro ajeno con el cual me quedé...
Idiotamente, las modalidades de organización contra ellos son el encierro, la compra masiva de tunas, el jolgorio, incluso el linchamiento que se vio de parte de los asistentes a un malón antidelincuentes al lanza tonto que se le ocurrió hacer negocio en el lugar.
La criminología no es mi fuerte teórico, pero sin duda podemos hablar más allá del sentido común. Las encuestas de victimización no mienten, Don Graf, a veces, gracias.
El perro, vestido de detective, nos alienta a comprar más alarmas y rejas. La verdad es que hay pocos llamados a la organización. El carácter plural de "Paz Ciudadana" (think tank anti delincuentes) minimiza los incentivos a crear nuevos centros de pensamiento. Lo anterior lleva necesariamente a que algunos brillantes compañeros que tuve en la Escuela de Derecho en el área se dediquen a sólo a ser meros operadores del sistema o prestigiosos abogados del foro. Como corolario de sus carreras, incluso en la academia (donde existe un bajo nivel de investigación), integrarán algunos consejos asesores y algunos grupos de buena crianza que no traspasarán en términos de políticas públicas las bellas teorías de la dogmática.

Saludos desde la estatua quemada de Ronaldinho Gaucho.
Reductiva vive la final!