No hay nada mejor que Josefina Correa, la nueva gerenta de gerentas del Líder. Esta zarina de los precios bajos, del monstruo 4x4, princesa de la oferta, del shusto, de la talla cuarenta, de la joya simple piadosa pero no punga, debe de estar arrepintiéndose en su lecho por haberse dado a conocer al mundo. Nadie ha parado de reir con la acabada y realista descripción de la mujer chilena encarnada en su "porque yo también soy mamá".
Parece que Josefina de verdad existe. De hecho, esa alocución comercial que hace a una pléyade de empleadas Líder con cara de espero-que-no-me-eche-antes-de-fin-de-año donde rejura precios bajos forever a costa de quien fuera es casi como la Toma de la Bastilla del retail.
¡Consumistas del mundo uníos!
Josefina Correa hizo una aparición real (sí, es cierto) en medio de Icare, acostumbrado templo de economistas que predicen el futuro y condenan gobiernos. Yo pensaba para mis adentros que la pulcrísima y pía señora iba a tener una aparición virtual como la del grupo Gorillaz. No se dio, porque ella es de carne y hueso.
Transcribo artículo de "Alta Zoociedad" de LND escrito por Carmen Sepúlveda.
Saludos desde el barro de Chiguayante con Amaro en terreno!!
Mujeres quieren el timón
Josefina Correa es la única gerenta en Chile que hace spots; de verdad pensé que era actriz, o que la eligieron en un casting en el Líder La Dehesa. Me pasé hasta el rollo de que no había hecho carrera en D&S porque parece más vendedora de seguros o de autos bien millonarios. Ufff, qué rudo debe ser eso. Es poco creíble.Carmen Sepúlveda
La Nación
Dejó la comitiva y justo un destello de luz la iluminó entera. La mañana en el sector oriente de la capital era bella, como de postal, y la Presidenta estaba ahí, sonriente, saludando a los organizadores. Icare la sumó a otras líderes para fortalecer el argumento de esta sobredosis que nos ha alimentado este último año: cómo llegar a ocupar los cargos importantes. Yo sólo pienso que me importa que los sueldos sean iguales para hombres y mujeres, pero el resto lo he escuchado tanto que tengo miedo de tener una hija, la pobre nacería quizás hasta creyéndose el cuento de una de las invitadas que ya describiré, que fue la que me pareció más patética. Pero dejando la autorreferencia aparte, les cuento que las chicas llegaron en tropel, si parecía que iban a un concierto de Marco Antonio Solís; ah, perdón, funciona mejor Luis Miguel en el San Carlos de Apoquindo. Sorry. Claramente, estas chicas que quieren el timón no son el Chile real. No nos perdamos. Son la vanidad, la igualdad de oportunidades, mucho Balthus, el glamour, la delgadez, la altura de taco fino y el tiempo para ir a escuchar cómo convertirse en gerentas. Paciencia, Dios mío.
En masa se ven como una aldea donde se fuma mucho, donde sobra el pelo bien largo, rubio, ojos claros, o morenas y castañas bien trabajadas; escasea el consumo de pernil, la leche entera y el pan blanco, cero celulitis. La Presidenta les habló a ellas reforzando que efectivamente es un deber ético la integración plena. Cuando miro a la Presidenta, sólo me pregunto: ¿lo pasará bien? Creo que sí, aunque me encantaría escuchar a alguna de estas líderes mundiales que me cuenten que llegan a sus casas con los pies hinchados y con ganas de abandonar el timón y tirar los zapatos al mar.
Cristina Bitar fue la segunda en exponer, chaqueta blanca, tono de voz y sonrisa que paraliza a los pocos hombres presentes, reconoce que es una más de las que está feliz de tener una Presidenta. Para ella, el obstáculo de los altos cargos tiene que ver con que las mujeres tienen en sus hombros la crianza de los hijos justo entre los 30 y los 40 años, que es el período en que se puede parir programadamente. Su receta es aprender a decir que no, aprender a delegar y legitimar la autoridad femenina. No apoya la ley de cuotas, lo relevante en su discurso es demostrar capacidad.
Ahí me detengo porque justo es el turno de demostrar la capacidad de Josefina Correa, la gerenta de clientes de Líder. Que todos la deben conocer porque sale en la tele, en las calles, en afiches bien grandes, hasta en el “The Clinic” es agenda, y como la empresa de ella auspicia espacios nocturnos, su imagen queda en el inconsciente antes de dormir. En ella deberían aplicarse las cuotas, pero de exhibición, su rostro me tiene superada, si falta que sea portada en “LUN”, la inviten a “Vértigo”, que participe en la Teletón, o que la muestren como Vieja Pascuera en Navidad. Qué peor esta cosa de su marketing.
Es la única gerenta en Chile que hace spots; de verdad pensé que era actriz, o que la eligieron en un casting en el Líder La Dehesa. Me pasé hasta el rollo de que no había hecho carrera en D&S porque parece más vendedora de seguros o de autos bien millonarios que ejecutiva estresada por mantener la dinámica de esa empresa, que por lo que publican otros medios parece bien fuerte y difícil. Ufff, qué rudo debe ser eso. Es poco creíble. Nerviosa, se equivoca dos veces en leer. Pero responde las dudas: “Créanme que si hubiese sido pura publicidad no habría aceptado, porque no tengo la necesidad y tampoco la edad. Llegar a este cargo no fue azar ni destino. La suerte no existe para mí, creo en el esfuerzo”. Sí, poh, si en su empresa todas las chicas se esfuerzan, empiezo a creerle algo. Pero ojo, en este auditorio no hipnotiza a nadie, porque en el spot ella es como un gurú, aquí no, las mujeres la escuchan, pero serias. Siempre le llamó la atención que existiera algo que se llamara escuela de servicios, que son las oficinas centrales de Líder, y es ahora cuando entiende por qué está ahí: “Porque estoy al servicio del protagonista del retail”. Ojalá algún día dé una entrevista que no sea publirreportaje, porque me encantaría escucharla en serio, dejando fuera la cosa del producto y esas tonteras que la mantienen en espiral del misterio que sólo ayudan a evaluarla como la más patética de un encuentro femenino serio. Me dio una rabia escucharla, pero Pilar Sordo me quitó la angustia; ella es top, debería dedicarse al humorismo porque es la versión femenina de Coco Legrand. Es de esas profesionales que superan la histeria y disfruta de su quehacer. Me maté de la risa cuando contó que una de las diferencias entre hombres y mujeres es que mientras ellos no hablan de sus conflictos hasta que los resuelven, nosotras tenemos que hablar para resolverlos. Es justo al revés. Otra cosa: el 98% de ellos son fieles para siempre a un equipo de fútbol, ese es el nivel de la trascendencia. Ellos necesitan ser admirados, ellas necesitadas, todas las mujeres están enamoradas del mismo gallo, que por lo demás no existe. En fin, valorar la esencia de la mujer, entregar amor es su clave para llegar a ser gerenta. Sacó aplausos. Sacó comentarios. Y para terminar, Magdalena Matte lo resumió todo: “Es con mis seis hijos cuando me he sentido más plácida, no estoy de acuerdo con la paridad porque lo veo como un subsidio”. Bien. Fue la única que habló del otro Chile femenino de aquella mujer que no tiene tiempo para ir a seminarios, ni plata para pagarlos; menos, ganas de escuchar a Josefina Correa, porque la ve en todos lados, pero que sin duda es la que genera los cambios y hace rato que lleva el timón de su casa. LND