miércoles, agosto 30

Cuando era chico (y también cuando grande) los circos variados se ponían en la esquina de mi casa. Nos llevaban con frecuencia y a mí todo el espectáculo circense medio pobretón me provoca pena. Más aún cuando al final de la función, los mismos hermanos trapecistas entregaban unos billetes de cinco lucas falsos que decían algo así como "el payaso llora detrás de bambalinas". Muy divertida confesión para ellos, pero desde ese día deje de ir al circo.

Pamelita Jiles argumenta a favor de la ética periodística y en aras de la libertad de expresión habla de cualquier cosa! como si esa libertad no estuviera enmarcada por la responsabilidad de utilizar las señales aéreas que pertenecen a todos los chilenos. Trata a su jefe -más allá que este lo sea eventualmente- de "chupasangres" y "nuevo rico". Para aumentar el show, Danùs, un hombre inteligente, no la echa y ella puede seguir, en un espacio atípico, despotricando a diestra y siniestra con la venia (again) de la libertad de expresión.

En toda la dinámica de este circo, donde Avello, desde las perspectiva de la lejanìa, parecìa casi un Einstein, nos encontramos con una especie de "hoguera de las vanidades", donde tenemos a varios personajes, salidos del receptáculo de lo olvidable, dando clases de ética periodística (!), lo público y lo privado y atisbos de diversidad y tolerancia.

La fauna es como sigue: Pamela Díaz, con sus tremendos argumentos plásticos -no muy excitantes a este minuto- ; Nacho Gutiérrez, quien se cree "dueña de casa" y periodista y una mina que no tengo idea como se llama que es como una especie de "outsider" porque mira con cara de aburrimiento todo lo que ahí se conversa. Sus deudas deben ser bastantes y ella también bastante necesitada para estar ahí sin trabajar. También trabaja ahí Carolita Julio (esposa del Jefe !!!) quien, ahora que pasó la treintena y viéndose en la inminencia de caer en lo desechable por efectos de su ex-querida "ley de la gravedad" (ver comercial de Sedal), mete el caballo y algunas propagandas home made donde sale arriba del Porsche del marido. Y bueno, Ítalo.

Un circo patético del cual alguna vez nos sentimos parte cuando la farándula y ellos realmente se prestaban para reirse de sí mismos.

Reductiva es más.
 
Escrito por Rodrigo Mora at 1:16 p. m. |


2 Comments:


At 8:35 a. m., Blogger MLP

Cuando uno está recien despertando ( en aquellos días flojos, que ojala vuelvan...)es realmente insoportable escuchar el griterio enfermo de los programas de farandula, un dia estuvieron hablando 30 minutos de una niñita que luego me enteré era una tal cote lopez que luego me entere vive en el edificio de al lado mio, el circo ha llegado a mi barrio con camaras y todo!


besos!

 

At 8:40 p. m., Blogger BigFella

lo peor es que, aparte de la deleznable enarbolada de la libertad de expresión (¿qué pasa con los uqe no tienen hrs de pantalla, ah?), se defienden de su propia excreción diciendo, con tono paternalista, "es que al chileno estos temas le interesan" o, una variante, "el público tiene lo que merece". No se si lo último resiste análisis. Mientras haya rating, habrá sqp. O el que sea de turno. De mi infame tocaya de apellido, la señorita Díaz, poco puedo decir sin caer en la vulgaridad. Huelga recordar cuáles son sus "méritos". Un poco nauseabundo el mediodía televisivo. Prefiero ver videos refritos en Vía X o, incluso, en Zona Latina.